
Un día, el burro de un campesino se cayó a un pozo. El animal lloró desconsoladamente durante horas, mientras que el campesino trataba de sacarlo sin éxito.
Después de ver que todos sus esfuerzos no tenian éxito, el campesino decidió que el animal ya estaba viejo, que el pozo estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas
y que realmente no valía la pena sacar al burro.
Avisó a todos sus vecinos y los invitó para que vinieran a ayudarlo. Todos tomaron una pala y empezaron a tirar tierra al pozo. El burro se dió cuenta de lo que estaba pasando y lloró desconsoladamente. Luego, para la sorpresa de todos, se tranquilizó.
Después de unas cuantas paladas de tierra, el campesino se asomó al pozo y miró al fondo y se sorprendió de lo que vió.
Con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo sorprendente. Se sacudía la tierra y daba un paso hacia arriba, mientras los vecinos seguían echando tierra encima del animal, él la sacudía y daba un paso hacia arriba.
Pronto todo el mundo vio sorprendido como el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y ante la mirada extrañada de todos, salió trotando, vivito y coleando.
Moraleja: La vida va a echarte todo tipo de tierra encima, con la única intención de querete hundir. El truco para salir del pozo es sacudírse toda esa tierra y dar un paso hacia arriba. Cada uno de tus problemas superados y vistos con el tiempo serán ese escalón hacia arriba.
miércoles, 16 de febrero de 2011
Grito de angustia

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